Yo vivo del bosque y tú de la ciudad. Yo personifico la cosmovisión, temores, sueños, luchas y retos elementales de los pueblos indígenas. Le dijo el líder indígena al personal de SENACE en una conversa sobre competencias y deberes inherentes con el sufrimiento y pobreza que ha ocasionado los proyectos de inversión en el último siglo. Continuó diciendo. El bosque me amamanta, abriga y duermo feliz en su regazo. Cada día me prodiga generosidad y enseñanza de dimensión insondable, inagotable como el amor de una abnegada madre. Si la corriente de la ubre, en algún momento, se vuelve escasa e insalubre habría nuestra matriarca enfermado gravemente. Habría sido inoculado por el letal veneno de hidrocarburos, exudado trombas de savia por el desgarramiento de la deforestación y el espíritu habría sido carcomido por la exclusión, indiferencia e indiscriminación. Entonces, mi mundo se haría más pequeño, inhabitable y entraríamos en una situación de convalecencia incierta.

Comprendo tus palabras, es muy duro la realidad del territorio donde vives, respondió el funcionario. Nosotros del SENACE estamos haciendo los mejores esfuerzos para evitar daños al medio ambiente y a la vida de los peruanos, a través de una evaluación rigurosa e independiente de los Estudios de Impacto Ambiental detallado (EIAd) de los proyectos de inversión pública. No le creo, interrumpió el líder indígena, sé que usted no es el culpable del creciente escepticismo que me invade. Le puedo mencionar algunos ejemplos que evidencia la deficiencia del trabajo que ustedes realizan. El avance del EIAd del proyecto Hidrovía Amazónica es cuestionable cuando dicen que la batimetría de los ríos ha concluido acertadamente. El ojo de los conocedores indígenas del comportamiento del río pudo observar que los “malos pasos” (que serán dragados) son sitios de reproducción y hábitat de peces que conforman la dieta de miles de personas.  El estudio no está tomando en cuenta el posible impacto y SENACE no lo ha observado. También, el EIAd del Lote 64 no ha identificado el riesgo de contaminación que podría darse en el traslado de crudo en barcaza, pasando territorio Achuar y Wampís hasta la estación de bombeo Morona.

SENACE es una institución joven, muy comprometido con la idea de desarrollar un trabajo profesional y transparente para lograr el desarrollo sostenible del país. Para lograr nuestro objetivo necesitamos aunar esfuerzos y estamos abiertos a recibir propuestas que nos ayuden a mejorar, concluyó el funcionario.

El líder indígena dijo, no he podido ver en tus ojos el brillo de la interculturalidad, de la diversidad y el poder que tiene para entendernos y encaminar el bienestar en tiempo de crisis de valores; perpetrados por los que conducen la vida del país en agravio de la vida, el medio ambiente y los saberes ancestrales. Tú vives de la ciudad y estas formado para contribuir con el crecimiento permanente de la riqueza –que no es malo– si fuera respetuoso de los derechos fundamentales y colectivos. Las grandes ciudades están en la cima de la cadena de consumo, siendo cada vez más voraz, fagocita oportunidades y destruye sonrisas.

Queda claro, entonces, que del vientre de la madre naturaleza deberá ser erradicado la economía que funciona con el péndulo temerario de la extracción de los recursos naturales. Debe ser repensada para dar paso a una economía basado en el uso intensivo de la energía renovable, en el desarrollo de conocimientos y tecnologías para producir alimentos sanos en armonía con el crecimiento demográfico e impulsar emprendimientos de bienestar en los pueblos indígenas. Desarrollar una educación que propicie un profundo entendimiento de la naturaleza y el privilegio de la realización de la persona humana.

 

Por: Jorge Pérez Rubio

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