En la segunda y tercera semana de mayo, de este año, se ha logrado conformar la Veeduría Forestal en la Comunidad Fray Pedro y Comunidad Nativa Matsés, en el Distrito de Yaquerana (frontera con Brasil). Las dos comunidades de origen Matsés ocupan vastos territorios de abundante biodiversidad y comparten con los pueblos en aislamiento voluntario la prodigalidad del bosque que dispensa muy generosa subsistencia, hasta el momento. Los pueblos aislados y los Matsés que habitan la zona Yavarí – Tapiche – Mirin podrían ser congéneres. Hay testimonios locales de avistamiento y correspondencia en el idioma común.

Para llegar a la Comunidad Buenas Lomas Nueva tuvimos que surcar las aguas del Yaquerana y Chobayacu durante once horas, desde Angamos, en motor 15 HP. Los ríos sinuosos y torrentosos dividen la selva del Yavarí con líneas de plata. Sus habitantes conmemoran cada día su interminable generosidad, exultan de su milenaria cultura y refuerzan la muralla social para defenderla frente a las graves amenazas.

Me han contado que tres “gringos” habían naufragado en una angostura del Chobayacu, por lo que con mucha rapidez estuvieron a salvo. El conductor de la pequeña embarcación –indígena Matsés– esperaba una reacción encolerizada pero ha sido acogido por un gesto agradable de los extranjeros. La hospitalidad del medio aún en momentos difíciles podría ser magnánima.

La Veeduría Forestal se ha instalado en el seno de la estructura funcional y operativa de las dos comunidades. La anuencia de las dos asambleas ha dado paso a la implementación inmediata de las Veedurías que ha de funcionar con la solvencia técnica necesaria para desarrollar capacidades concretas y condiciones orgánicas que contribuyan al mejoramiento de la práctica relacionado con el aprovechamiento forestal que las dos comunidades han decidido llevar adelante –con muchas dificultades– en los últimos tres años.

La presencia de intermediarios en la secuencia productiva de la madera –dispuestos a perpetrar hasta el pillaje más destructivo– ha colocado a las dos comunidades en medio de un espiral de sanciones impuesta por OSINFOR y otras instituciones del Estado. Las ganancias que las comunidades habrían de obtener se pulverizan como un bólido en la atmosfera en beneficio del intermediario debido al control que ejerce en los procesos administrativos.

Los veedores forestales elegidos en asamblea serán capacitados en los quehaceres propios de este proyecto a fin de ir minimizando –con la ayuda de los dirigentes y líderes indígenas locales y de otros peldaños organizativos– los impactos negativos ocasionados por los problemas identificados.

Cabe indicar en esta nota que los esfuerzos del Estado de llegar a lugares recónditos de la amazonia no han logrado remontar la cima de la incompetencia. En la Comunidad Buenas Lomas Nueva del Chobayacu (tributario del Yaquerana) el pequeño centro de salud se encuentra visiblemente deteriorado y desabastecido. El proyecto TAMBO no ha sido culminado y dormita inservible. No hay forma de comunicarse, desde esta Comunidad, con las principales ciudades de la región.