La 23 ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se está llevando a cabo en Bonn Alemania (6 al 17 de noviembre de 2017) constituye para ORPIO, AIDESEP y COICA un escenario global continuo de presentación de amenazas, aportes y estrategias relacionados con la deforestación, degradación del bosque y el atropello de los derechos humanos y colectivos. Desde la COP20 de Lima nuestra propuesta está basado en completar la demanda de saneamiento territorial (reconocimiento, titulación y creación de reservas indígenas para la protección de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario) en una meta final de 20 millones de hectáreas a través de la adaptación intercultural –no mercantilista del carbono– del mecanismo REDD+; denominado REDD+ Indígena Amazónico (RIA).

La propuesta RIA ha sido incluido por el Estado en el plan nacional de preparación de Redd (RPP-Perú), en otras políticas y estrategias nacionales e internacionales. Los avances focales dan cuenta de la vialidad de la propuesta y su réplica en otras regiones avanza por un terreno fértil. En la COP23 AIDESEP y sus organizaciones regionales han presentado los aportes a los NDC (Contribuciones Nacionales Determinadas) a través de la propuesta “Minga NDC” que busca contribuir con el desafío y meta NDC en el Perú, “Minga NDC” plantea abordar la crisis climática y la reducción de emisiones GEI mediante tres líneas de acción: Mitigación climática, adaptación y gestión climática. La adaptación climática está articulada con el párrafo 135 del Acuerdo de Paris que reconoce la necesidad de fortalecer los “conocimientos, prácticas, innovaciones y esfuerzos” de los Pueblos Indígenas a través de una Plataforma de Intercambio de Conocimientos Tradicionales para mitigar el cambio climático.

ORPIO, viene presentando en esta conferencia problemas, experiencias y esfuerzos de nuestras organizaciones locales de la región Loreto, dentro del contexto y de la agenda común, con énfasis en los graves impactos de la actividad petrolera (afectación de la salud, contaminación de las principales fuentes de subsistencia y degradación ecosistémica),  posibles daños socio ambientales de la carretera Iquitos – Saramiriza, acción indígena para la protección de un corredor de bosques kichwa, ticuna y yagua (bajo amazonas) a través de monitoreo comunal de deforestación de 2.6 millones de hectáreas y la consolidación de un corredor de bosques continuos para protección de Pueblos Indígenas en Aislamiento voluntario de 5 millones de hectáreas y otras acciones inherentes.

El esfuerzo de muchos años está dando sus primeros frutos que vislumbra un futuro alentador, pero con un alto nivel de desencuentro con los poderes económicos del país y del mundo.